Epistemología y cultura científica_Tarea 8.- Explicación y comentario

En esta tarea debemos elegir alguna noticia o denuncia de un par de páginas web propuestas por el profesor, explicar brevemente de qué se trata y hacer un breve comentario al respecto.

En mi caso, he elegido la denuncia que realiza la Union of Concerned Scientists (UCS) sobre el uso de armamento nuclear.

La UCS es una organización no gubernamental sin ánimo de lucro de la que puede formar parte tanto el personal científico como la ciudadanía. Fue fundada en el año 1969 por un grupo de científicos y estudiantes del MIT con la intención de realizar una evaluación crítica de las políticas científicas y técnicas del gobierno de los Estados Unidos. Nacida en medio de la Guerra Fría, una de sus principales aspiraciones es erradicar el desarrollo de aplicaciones científicas y tecnológicas con fines militares. En su lugar, la asociación trabaja por incentivar las investigaciones dirigidas a solucionar los grandes problemas medioambientales y sociales de la humanidad. Entre sus principales líneas de trabajo se encuentran el calentamiento global, las armas nucleares, la seguridad global, la agricultura, la alimentación y la integridad científica.

Una de las denuncias que pueden encontrarse en la página web de la organización trata sobre la existencia de armas nucleares. La primera reflexión reza:

“Son la invención más peligrosa que ha podido ver el mundo. ¿Podemos evitar que se usen de nuevo?”

Y es que la amenaza nuclear sobre nuestro planeta es una realidad desde que Estados Unidos lanzó la primera bomba atómica en el ocaso de la Segunda Guerra Mundial. Muy a pesar del horror, arrepentimiento, incredulidad, vergüenza y rechazo que produjo incluso en quienes participaron en su creación, como podéis ver aquí:

 

 

La asociación denuncia que, a día de hoy, en los arsenales militares del mundo hay unas 9.000 armas nucleares. De ellas, cerca del 90% pertencen a Estados Unidos y Rusia, las grandes potencias protagonistas de la Guerra Fría. Pero lo más alarmante de todo es que ambos países continúan desarrollando armamento nuclear nuevo mientras gran parte de las políticas nucleares que se acordaron dentro del contexto de aquella guerra permanecen inalteradas. Por ejemplo, el presidente de los Estados Unidos podría ordenar el lanzamiento de un arma nuclear sin consultar antes a nadie. EEUU también podría comenzar una guerra nuclear con una facilidad pasmosa, ya que tiene potestad para usar armas nucleares contra Rusia, China o Corea del Norte en cualquier tipo de conflicto, por nimio que sea, sin estar sujeto a ningún mecanismo de regulación previo por parte de la comunidad internacional.

Aunque el número de armas nucleares ha disminuído en las últimas décadas gracias a los distintos tratados que han firmado EEUU y Rusia, las políticas nucleares continúan siendo una seria amenaza para toda la humanidad. De acuerdo con la denuncia de la UCS, EEUU dispone a día de hoy de casi 4.000 armas nucleares. De estas, más de la mitad están desplegadas y listas para ser utilizadas. Y otras 150 se encuentran en bases militares europeas.

Pero lo más preocupante de todo no es lo que ya hay, sino lo que está por llegar, pues la organización denuncia que el pentágono dedica una sustanciosa cantidad de dinero público a mantener y mejorar el arsenal nuclear estadounidense. Una acción no solo tremendamente arriesgada e innecesaria, sino instigadora para aquellos países “enemistados” con los EEUU. La situación se torna más inquietante si tenemos en cuenta que algunos de estos países disponen de autorización internacional para mantener su armamento nuclear, como ocurre con China y Rusia; o que algunas naciones no están adscritas al tratado de no proliferación nuclear, como Pakistán y Corea del Norte.

En mi opinión, la UCS es una clara manifestación de apropiación cultural de la ciencia en forma de acción social organizada, y su denuncia sobre la situacion actual del armamento nuclear es un claro caso de análisis crítico (y muy necesario) de la actividad científica. Las políticas científicas obsoletas guiadas por una minoría de “expertos” que no escuchan lo que otras esferas sociales tienen que decir sobre cuestiones de interés común -como la paz mundial en el caso de esta denuncia- son un claro ejemplo de incultura científica con consecuencias graves para toda la sociedad.

En un contexto así el papel de la acción ciudadana es crucial, pues es prácticamente el único mecanismo de presión sobre las autoridades. Ciudadan@s que con su voto fuerzan a cambiar políticas científicas erróneas, peligrosas o interesadas. Ciudadan@s con un amplio abanico de formaciones, contextos y realidades, que tienen el derecho y la obligación de pronunciarse en los temas científicos que nos atañen a tod@s. Ciudadan@s que se apropian a título individual de la cultura científica y promueven acciones colectivas para regular, desde y para la sociedad, la actividad científica. ¿Es esta la tercera cultura que reivindicaba Snow? Si es así, bienvenida sea la comprensión pública de la ciencia. Pero, por favor, antes tomemos las acciones pertinentes para desarrollar el pensamiento crítico de la ciudadanía desde la educación. Porque las ideas lineales, los polos contrapuestos, no suelen reflejar la realidad de nuestra existencia.

Si quieres saber más…

Union of Concerned Scientists, https://www.ucsusa.org/

Snow, C. P. (1963). The two Cultures. A Second Look. Cambridge: Cambridge University Press.


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