El test de Turing

Alan Turing (1912-1954) fue una de las personas pioneras de la ciencia de la computación y precursor de la informática que formalizó el concepto de algoritmo mediante la máquina de Turing, además de un visionario para su época. Enamorado de las máquinas, creía fehacientemente que estas podrían llegar a desarrollar una inteligencia como la de los seres humanos: la inteligencia artificial.

 

 

Fuente: Wikimedia Commons

Pero, ¿Cómo demostrar que una máquina es capaz de pensar por sí misma? O al menos de imitar la mente humana lo suficiente como para engañar a una persona…

Motivado por estos pensamientos, ideó una prueba para determinar si la máquina había alcanzado el suficiente nivel de autonomía como para hacerse pasar por un humano. A día de hoy, esa prueba se conoce como el test de Turing, y estaba basada en un juego de imitación. Para llevarlo a cabo era necesario que una persona, que actuaría como juez, se metiera en una habitación aislada, mientras que otra persona y una máquina ubicados en otro espacio sin contacto con el juez deberían responder por chat a la preguntas que este les realizara. Si el interrogador es incapaz de distinguir entre la persona y la máquina, puede concluirse que la máquina ha conseguido hacerse pasar por una persona y es, por tanto, inteligente.

Turing tuvo que hacer frente a numerosas críticas por sugerir que las máquinas podían ser inteligentes, comenzando por grupos religiosos que asociaban la inteligencia a la posesión de un alma. ¿Cómo va a dotar Dios de alma a un ser inerte?

Sin embargo, y como ya he remarcado anteriormente, Turing resultó ser un gran visionario. Y aunque han tenido que pasar unas cuantas décadas, en la actualidad disponemos de muchos sistemas capaces de superar su test. ¿Te suenan de algo Siri, Alexa o Cortana?

Si quieres saber más…

El test de Turing o la inteligencia de las máquinas. Maite Garrido Courel. elDiario.es, 5 de febrero de 2014