Los escenarios del IPCC

Qué triste me pongo cuando intento ser optimista pero no puedo. En esta clase hemos estudiado las cinco trayectorias socioeconómicas compartidas (SSPs, por sus siglas en inglés) del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por cierto, ya podían haberlo traducido como Grupo Intergubernamental de Personas Expertas sobre el Cambio Climático).Las podéis ver en el siguiente esquema:

 

Las trayectorias socioeconómicas compartidas dsitribuidas en los espacios de adaptación y mitigación. Fuente: Wikipedia.

 

Se trata de cinco posibles escenarios futuros a la luz de la evolución de la economía global y de las emisiones de CO2. La primera indicaría un camino verde, el de la sostenibilidad. La segunda, un camino intermedio en el que las naciones trabajan para conseguir los objetivos de desarrollo sostenible, pero demasiado despacio: crecimiento moderado de la población, mejora -aunque no desaparición- de las desigualdades sociales y disminución del uso de recursos energéticos. En el tercer escenario, la rivalidad regional fomentaría la competitividad y los conflictos entre pueblos, cada uno se preocuparía por su propio beneficio y el desarrollo económico sería muy lento. Las cuestiones ambientales pasarían a un segundo plano en la lista de prioridades internacionales. En el cuarto escenario, se contempla una tremenda desigualdad en capital humano: lucha de poderes y gran disparidad de oportunidades económicas harían aumentar la brecha social. Aunque desarrollo tecnológico sería alto, habría una gran diversificación del sector energético y las políticas medioambientales se centrarían principalmente en las zonas más ricas. Finalmente, en el quinto escenario seguiríamos confiando en los mercados competitivos. Este camino implicaría grandes inversiones en progreso tecnológico y desarrollo del capital humano para alcanzar el desarrollo sostenible, que se combinaría con la explotación de combustibles fósiles y la adopción de un estilo de vida basado en un alto gasto energético. La economía mundial crecería muy rápidamente, y los problemas ambientales locales, como la contaminación del aire, podrían gestionarse con éxito.

Mi experiencia vital y mi conocimiento del mundo actual me hacen decantarme por el cuarto escenario. En realidad es en el que vivimos, los países ricos nos preocupamos moderadamente por incorporar fuentes de energía libres de CO2, pero a nuestras sociedades y nuestros gobiernos les falta conciencia del carácter global del problema. Además, corregir la situación implicaría cambiar nuestro modo actual de vida: consumo de más producto local, menos vacaciones en lugares exóticos, reducción del consumo innecesario de agua, más pie y menos coche, menos explotación de los recursos de países más pobres, reparto más igualitario de la riqueza… Voy a resumir, que no quiero extenderme. Habría que cambiar el modelo capitalista en el que estamos inmersos. Lo veo francamente difícil, no creo que los territorios más fuertes vayan a ceder tan fácilmente a la pérdida de privilegios, ni que los que están en vías de desarrollo estén dispuestos a reducir sus posibilidades de desarrollo económico rápido con la explotación de SUS combustibles fósiles para paliar los problemas que generaron los países ricos en los últimos 150 años.

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