La necesidad de la palabra
En ocasiones, mi mente se queda vacía de palabras. Sobre todo cuando siento emociones impactantes, de una magnitud tan grande que me nublan el entendimiento y bloquean mi capacidad de expresión. No es que me quede sin autoconsciencia, o que no tenga ideas, es que no me salen las palabras. Imagino que de esas situaciones surge la expresión “quedarse muda”. Y, dado que ni recuerdo desde cuándo conozco esta expresión, muchas personas como yo se han encontrado en una situación parecida antes, ahora, y seguro que en un futuro también lo harán. La pregunta es si cuando me he encontrado en alguna situación así he pensado algo en la individualidad de mi ser interior sin recurrir al lenguaje. Bueno, primero debería planetar qué entiendo por lenguaje. Está claro que podemos experimentar el entorno sin necesidad de recurrir a las palabras: podemos sentir hambre, amor, felicidad, podemos apreciar la belleza de una flor, el olor de un bebé recién nacido, el dolor. ¿Pero experimentar el entorno